martes, 30 de agosto de 2011

Largo Viaje de los Mapuche Urbanos






                           Largo Viaje de los Mapuche Urbanos 

Carabineros remueve al suboficial Miguel Millacura como autor de disparos que habrían dado muerte al joven Manuel Gutiérrez en Macul en el marco de las movilizaciones del Paro Nacional del día 24 y 25 de agosto. El país espera que el Ministro del Interior, Rodrigo Hizpeter, asuma su responsabilidad política y renuncie al cargo.

 El policía Miguel Millacura, que intentó ocultar su acción limpiando su subametralladora UZI  y reponiendo las balas, es mapuche. Millacura significa en mapuchezugun Piedra Dorada. Existe un importante contingente mapuche que se desempeña en Carabineros desde las migraciones de la primera mitad siglo pasado. La migración mapuche de los años 30 y 40 tuvo como meta mayoritaria la Capital.

En la memoria colectiva está arraigado con claridad cuál fue el destino específico en Santiago: las mujeres a trabajar en casas particulares y los varones a las panaderías y a Carabineros. Había un punto común entre ellos, en los tres lugares se ofrecía alojamiento a los contratados.

 La migración tuvo su origen en múltiples factores, pero los principales los resumiremos en tres:


a) La pérdida del espacio territorial del pueblo mapuche y su reflejo en las familias;


b) El crecimiento familiar que impedía la subsistencia de los hijos en las reducidas tierras comunitarias posteriores a la radicación y


c) La atracción económica, cultural y social que representó la ciudad moderna a los habitantes del parroquial y patronal campo chileno.



 La migración mapuche desde la comunidad trajo consigo el cambio societal más importante del pueblo mapuche en la época contemporánea: los mapuche urbanos. Este cambio generó tensiones que se extienden hasta el día de hoy. Los mapuche wariache pasaron de ser un poco más del 10% de la población hacia 1970 a ser casi el 70% en el 2002, según el Censo INE.


La migración no fue fácil, más bien, fue toda una travesía. No se produjo entre dos territorios más o menos homogéneos, dentro de un mismo contexto cultural y social. La migración fue, ante todo, un viaje entre dos países distintos. Sólo comparable con lo que se viviría años después con el exilio obligado por la Dictadura de Pinochet post golpe de estado.


Por mucho que se hubiesen establecido dominios administrativos bajo el monopolio de la fuerza, y la violencia, por parte del Estado Chileno en las comarcas mapuche; el espacio cultural de la frontera continuaba siendo un espacio de dinámicas e imaginarios, más o menos, autónomo.


La migración no sólo provenía de otro país, por sus dinámicas intraculturales. La migración era un largo trayecto desde una formación económica que persistía, con dinámicas de consumo, de intercambio, de valor y de trabajo realizado en forma colectiva. Una especie de socialismo comunitario en el lofmapu. El desplazamiento se constituyó desde la profundidad del pueblo mapuche hasta la modernidad incipiente de las ciudades en camino de la industrialización. De aquella colectivización hacia la formación económica del capitalismo avanzando a paso firme en Chile.


Las inquietas exploradoras, los mudos precursores, los añiles viajeros,  no provenían simplemente de una cultura agraria; de campesinas relaciones sociales de producción. La distancia era más extensa; tampoco de la estructuras nacionales distintas, de un país con un idioma traspuesto, sino provenían de un viaje extenso. El largo viaje mapuche desde el lof mapu, no era un simple viaje de 15 horas, sino un viaje a otra dimensión.


Llegados a la ciudad, sin familia, sin apoyo del Estado receptor, sin ACNUR,  la primera meta fue siempre un lugar para dormir. Importaban poco los turnos extenuantes de las panaderías, las salidas mínimas de las trabajadoras de casa particular o la imposición de servicios de días y noches en las comisarías. Lo importante era una litera.


Así Carabineros se nutrió de un contingente mapuche importante para sus labores policiales, pero también para sus labores represivas. El proceso continuó. Que mejor que disponer astillas del mismo palo para reprimir. Se podría cuestionar la condición cultural de Millacura, invalidar a través de considerar la ausencia de prácticas culturales mapuches. Es una alternativa menos compleja.


Quizás debamos, mejor, intentar cierta comprensión a la genealogía de apropiación de contingente por Carabineros de personal mapuche para reprimir. Sería pertinente preguntarse si a los carabineros mapuche se les respeta su condición cultural, si es parte de su formación el conocimiento de sus prácticas culturales, de su idioma o de su cosmovisión. Del mismo modo de conocer si estudian principios éticos como la defensa y respeto de los Derechos Humanos.


Es bastante claro que el largo viaje mapuche sigue teniendo como destino frecuente las escuelas de formación de Carabineros, que desprovistos de ética, o revestidos de un alineamiento marcadamente represivo permite el crimen de un joven desarmado, como Manuel Gutiérrez.


 Fernando Quilaleo A.
Periodista
Agosto 29 de 2011
22.35 hrs.