sábado, 2 de octubre de 2010

La Invención del Terrorismo: la obsesión compulsiva de los fiscales

La huelga de hambre de 36 presos políticos mapuche durante más de 80 días ha permitido solidaridad a ras de piso, solidaridad del pueblo descamisado, solidaridad de mate amargo correteado. Que hace tomar conciencia crítica a la ciudadanía. Que transforma los días rutinarios, hace saltar de la silla, coger una bandera y echarse a la calle.
Los presos no reclaman una libertad incondicional, sino un juicio justo y en sus justas demandas por las que llevan adelante este movimiento de casi tres meses de ayuno están a: Fin a la  Militarización de las comunidades. Presencia de grandes contingentes de Carabineros, uso abusivo del control de identidad e interrogatorios y registros excesivos, torturas, interrogatorios de niños, detenciones en recintos educacionales y procesamientos; Aplicación de la Ley que Determina y Sanciona Conductas Terroristas, 18.314; Doble enjuiciamientos por un mismo hecho, existiendo casos que se encuentran en investigación tanto en la Justicia Ordinaria como Militar; Régimen Penitenciario exigiéndose el respeto al Pacto de Derechos Civiles y Políticos.
Cualesquiera que se haya dado el trabajo de leer  los abusos y trasgresiones al debido proceso de las causas emprendidas en contra de los, en su mayoría jóvenes,  presos mapuches sabrá indignarse y actuar, como nos enseña Amnistía Internacional. Las denuncias de la defensa en contra de la Fiscalía por el uso abusivo de las facultades que le otorga la Ley son abundantes: todos los juicios amparados en testigos sin rostros, testigos además subsidiados por la Fiscalía, uso abusivo de la prisión preventiva como forma de castigo sin juicio, persecución de los abogados defensores; montajes para inculpar,  entre otros.
La sociedad puso en manos del Ministerio Público y de sus operadores, los fiscales, un instrumento poderoso y peligroso. Pero la Fiscalía es una institución apenas creada en la última década, Chile reformó su Justicia y creó un nuevo sistema procesal penal. Se dio un Ministerio Público encargado de perseguir los delitos, para evitarle a los jueces tener que ser ellos mismos  y ser la otra parte. Ese trabajo le correspondería a los novísimos fiscales. Ellos por sí y ante sí decidieron que a las protestas y movilizaciones mapuches debían aplicárseles la Ley Antiterrorista (LAT).
La LAT no busca reprimir el terrorismo, ella crear el terrorismo. Lo inventa para justificarse. Como en la sátira de José Saramago,  Ensayo Sobre  la Lucidez, el poder superado por un problema incomprensible del ejercicio democrático no encuentra más justificación que inventarse una historia y buscar culpables y para eso nada lo detendrá. Usará los medios de comunicación, la extorsión y la violencia desenfrenada. A su amenazado establecimiento opone la locura. En la novela del premio Nobel el poder hace explotar una estación del Metro y da muerte a 35 personas. Declara el Estado de Sitio en la Capital rebelde y decide abandonarla a su suerte y desorden. Pero mayor es la desgracia del poder: la ciudad no se desarticula y todo sigue adelante, a duras penas pero continúa, no necesita del poder. El Poder necesita justificarse, los ciudadanos no.
Los fiscales, y el Ministerio Público, no se han hecho responsables de la trasgresión de la confianza que la sociedad puso en sus manos. Han vulnerado la fe pública sobre la cual se funda el pacto social de la Justicia.
El Ministerio Público debe, con urgencia, analizar la actuación de sus investigadores y de su protocolo procedimental, conocido también como: criterios de actuación. No se puede poner en riesgo las libertades fundamentales, y los derechos que las viabilizan, por la desquiciada necesidad del poder de justificarse a sí mismo.
Foucault y Deleuze tenían razón, el dispositivo del poder genera instituciones para reproducirse. Autopoiesis. Dispositivo auto/re/productivo de control del otro que incluye discursos, instituciones,  decisiones, reglamentos, leyes, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales, lo que se dice y lo que no. La agenda pública y la agenda de medios. Lo que vemos y lo que nos ocultan.  Pero también este dispositivo que prepara el camino para inventarse a sí mismo el terrorismo, ser los arquitectos y hacedores del “frankestein terrorista” que persiguen persiguiéndose ellos mismos.
Autoproducción de los fantasmas que serán perseguidos por ser los espectros de las pesadillas que necesitamos para probar que dormimos. Pero en ese ejercicio se devora por la cola. Los custodios de la justicia desgarran la imparcialidad porque no la ven enceguecidos en demostrar que deben encontrarla a como dé lugar. Echan a la caldera los maderos y las tablas del único barco en que nos trasportamos y del cual depende el viaje el de ellos y el nuestro.
La invención de la fiscalía del terrorismo que persiguen los hace ver su invención como una realidad fuera de ellos, que es alimentada y reproducida por los dispositivos del poder. Quizás no exista esa realidad fuera de ellos y sean ellos uno con el invento peligroso. Como dijo Córtazar en un palindrome, quizás debamos, Atar a la Rata.

Fernando Quilaleo
Octubre 1, 2010
23.30
PD: La huelga ha concluido en Concepción, Temuco y Valdivia. Se mantiene en Angol
02/10/10; 1.30 AM.
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