Existe desde años la forzada
tradición hispanoamericana de celebrar el 12 de octubre como el Día de la Raza y, en realidad, lo
que debiéramos conmemorar es una RAZZIA, en su amplio significado. Razzia es
una incursión, una correría, en territorio ajeno sin más objeto que el botín.
incursiones de hordas y grupos
militares organizados sobre poblaciones en búsqueda de un botín, de limpieza étnica,
de dominación religiosa, de expansión cultural y militar, un ataque sorpresivo
y organizado sobre un grupo humano considerado como enemigo, del cual se toman
sus posesiones, sus territorios y se los somete hasta la esclavitud o la
muerte.
Es fácil observar las similitudes
de la incursión de los europeos en América con la definición histórica de una
RAZZIA. Desde el punto de vista de limpieza étnica es la que cometieron los
ibéricos en nuestro continente. Se calcula, según estimaciones de diversos investigadores,
que no menos de 100 millones de habitantes tenía América antes de la llegada de
los españoles. En menos de una década la RAZZIA había diezmado a los pueblos originarios y
los redujo a poco más de 10 millones.
La búsqueda de un botín de la razzia
no es menos marcada. Es de público conocimiento que el sentido básico de la
batida en América fue la búsqueda de una ruta occidental hacia las Indias y sus
valiosos tesoros. Una vez entendido el error geográfico de considerar América y
a sus habitantes, como la India
y los indios, la empresa no había fracasado en su sentido primigenio: la
conquista y apropiación de las riquezas de los otros por la fuerza.
No la superioridad moral sino la
superioridad militar, fue la que llevó a la victoria de los invasores en América. El uso de
la pólvora, traída de la China ,
ya no como allí con fines recreativos, sino con fines
militares. La superioridad militar ha sido desde antiguo la base sólida sobre
la cual se levanta la superioridad ética, étnica, de valores o política. La
historia la cuentan los vencedores. Sin embargo, los derrotados no olvidan,
guardan en la memoria candente de su comunidad la afrenta que los llevo al
sacrificio y al sometimiento. Un claro ejemplo es la obra de Miguel León
Portilla: La Visión de los Vencidos.
La razzia tuvo un sentido
económico de riquezas que financiaron los siglos posteriores de la expansión de
las ideas de Europa sobre el planeta. En una muy descriptiva denuncia el
Cacique mexicano Guaicaipuro Cuactemoc denunció en el año 2002: “yo puedo
reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de
Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que
solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil
kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América”.
Esta enorme riqueza de la Deuda Histórica de
Europa con América y los americanos señala Guaicaipuro “deben ser considerados
como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al
desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de
guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la
indemnización por daños y perjuicios”. Pero América no ha tenido la capacidad
militar para hacer exigibles estos pagos al “viejo” continente. Más cuando
Inglaterra financió las revoluciones de independencia con sus empréstitos y
ahogó más tarde las posibilidades de desarrollo autónomo; o como sentenció el
economista chileno Aníbal Pinto S-C, convirtió a los jóvenes países, y sus
economías, en casos de desarrollo frustrado. La misma deuda externa que se
vería exponencialmente amplificada en el siglo XX. Es tan difícil encontrar la
cifra agregada de lo adeudado por los países de América Latina a Europa y
Estados Unidos, la OCDE calcula que la deuda externa es de unos 2 mil billones de dólares, es decir
2x10 elevado a 15 ó, también. 2.000.000.000.000.000.
Los países pobres financian a los
ricos. La razzia se hace interminable. Los pueblos de América, los originarios y los
constituidos por las revoluciones de independencia hace dos siglos, han quedado sumidos
en la pobreza. El número de personas pobres bordea actualmente unos 230 millones y
unos 102 millones son indigentes o viven en la pobreza extrema, los datos son
del Instituto del Tercer Mundo en su informe La Pobreza y la Desigualdad en América
Latina del 2004. Llegaron buscando oro y plata, ahora vienen por telefonía,
agua potable, carreteras, centrales hidroeléctricas, derechos de agua y un
etcétera insaciable.
riquezas de Nuestra América y en
la destrucción de sus culturas. Avanzado el tiempo, el
significado de razzia se extendió
a otras acciones que desde el poder, en general desde
el Estado, se realiza sobre
población civil como los allanamientos y redadas de la policía sobre, por
ejemplo, comunidades mapuche. Operaciones violentas realizadas por grupos
paramilitares en el sudeste mexicano, o las incursiones del Ejército en las
favelas brasileñas o el aniquilamiento de comunidades mayas completas por los
ultraderechistas escuadrones de la muerte en Guatemala. La guerra sucia de las
dictaduras militares en América Latina que campearon desde fines de los 60s
hasta 1990 dejó una secuela de ejecuciones, torturas, exilio y desaparición
forzada de personas que la Federación
Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenid@s-
Desaparecid@s cifra en 200 mil ciudadanos y ciudadanas. Sin considerar, para
mayor decepción, las cifras de desapariciones denunciados por el Alto
Comisionado de la ONU
para los Derechos Humanos en el México de estos días, en donde se triplicó esta
práctica; en lo que va del gobierno de Felipe Calderón las cifras ascendieron a
más de 40.000 personas y otras 50 mil, en la Colombia de su
ex-presidente Álvaro Uribe.
La genealogía de la razzia tiene
una vertiente de origen árabe, en la guerra santa, la Ghazha. Da cuenta del
mismo proceso que conocieron los españoles desde el año 711 y que luego practicaron en América,
su herencia fue la espada de dios en contra de quienes no profesaran su
religión. Aún hoy ocurre la misma intolerancia por otras vías. La espada de
dios se alza ahora para amenazar a quienes profesan creencias distintas. Ghaza
es también la batalla santa, empujada por la divinidad, en contra cualquier
infiel que se resista a abandonar toda práctica que la religión haya
pontificado como enfermedad o desviación. De esto saben los nuevos perseguidos
aquellos de las banderas multicolores de la diversidad sexual.
Los pueblos indígenas,
originarios y estatales, sus causas y sus posibilidades de mejoramiento, buscan
el reconocimiento social de esta intolerancia; una solidaridad que nos haga tomar conciencia de la
coincidencia de fines y reasiente las bases para impedir nuevas incursiones, nuevas
injusticias. Que la historia y su memoria ardiente nos sirva para interpretar
las noticias cada mañana. Para no olvidar las causas antiguas y las actuales,
que se hacen luminosas en el Día de la Razzia contra América.
Fernando Quilaleo A.
periodista
10 octubre 2011, 22.12
hrs.
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