jueves, 20 de octubre de 2011

Día de la Razzia en América




Existe desde años la forzada tradición hispanoamericana de celebrar el 12 de octubre como el Día de la Raza y, en realidad, lo que debiéramos conmemorar es una RAZZIA, en su amplio significado. Razzia es una incursión, una correría, en territorio ajeno sin más objeto que el botín.

Una razzia tiene un par de definiciones, pero su genealogía histórica nos habla de las
incursiones de hordas y grupos militares organizados sobre poblaciones en búsqueda de un botín, de limpieza étnica, de dominación religiosa, de expansión cultural y militar, un ataque sorpresivo y organizado sobre un grupo humano considerado como enemigo, del cual se toman sus posesiones, sus territorios y se los somete hasta la esclavitud o la muerte.

Es fácil observar las similitudes de la incursión de los europeos en América con la definición histórica de una RAZZIA. Desde el punto de vista de limpieza étnica es la que cometieron los ibéricos en nuestro continente. Se calcula, según estimaciones de diversos investigadores, que no menos de 100 millones de habitantes tenía América antes de la llegada de los españoles. En menos de una década la RAZZIA había diezmado a los pueblos originarios y los redujo a poco más de 10 millones.

La búsqueda de un botín de la razzia no es menos marcada. Es de público conocimiento que el sentido básico de la batida en América fue la búsqueda de una ruta occidental hacia las Indias y sus valiosos tesoros. Una vez entendido el error geográfico de considerar América y a sus habitantes, como la India y los indios, la empresa no había fracasado en su sentido primigenio: la conquista y apropiación de las riquezas de los otros por la fuerza.

No la superioridad moral sino la superioridad militar, fue la que llevó a la victoria de los invasores en América. El uso de la pólvora, traída de la China, ya no como allí con fines recreativos, sino con fines militares. La superioridad militar ha sido desde antiguo la base sólida sobre la cual se levanta la superioridad ética, étnica, de valores o política. La historia la cuentan los vencedores. Sin embargo, los derrotados no olvidan, guardan en la memoria candente de su comunidad la afrenta que los llevo al sacrificio y al sometimiento. Un claro ejemplo es la obra de Miguel León Portilla: La Visión de los Vencidos.


La razzia tuvo un sentido económico de riquezas que financiaron los siglos posteriores de la expansión de las ideas de Europa sobre el planeta. En una muy descriptiva denuncia el Cacique mexicano Guaicaipuro Cuactemoc denunció en el año 2002: “yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América”.

Esta enorme riqueza de la Deuda Histórica de Europa con América y los americanos señala Guaicaipuro “deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios”. Pero América no ha tenido la capacidad militar para hacer exigibles estos pagos al “viejo” continente. Más cuando Inglaterra financió las revoluciones de independencia con sus empréstitos y ahogó más tarde las posibilidades de desarrollo autónomo; o como sentenció el economista chileno Aníbal Pinto S-C, convirtió a los jóvenes países, y sus economías, en casos de desarrollo frustrado. La misma deuda externa que se vería exponencialmente amplificada en el siglo XX. Es tan difícil encontrar la cifra agregada de lo adeudado por los países de América Latina a Europa y Estados Unidos, la OCDE calcula que la deuda externa es de unos 2 mil billones de dólares, es decir 2x10 elevado a 15 ó, también. 2.000.000.000.000.000.

Los países pobres financian a los ricos. La razzia se hace interminable. Los pueblos de América, los originarios y los constituidos por las revoluciones de independencia hace dos siglos, han quedado sumidos en la pobreza. El número de personas pobres bordea actualmente unos 230 millones y unos 102 millones son indigentes o viven en la pobreza extrema, los datos son del Instituto del Tercer Mundo en su informe La Pobreza y la Desigualdad en América Latina del 2004. Llegaron buscando oro y plata, ahora vienen por telefonía, agua potable, carreteras, centrales hidroeléctricas, derechos de agua y un etcétera insaciable.

La Era de la Razzia no se detiene sólo en la histórica apropiación por la violencia de las
riquezas de Nuestra América y en la destrucción de sus culturas. Avanzado el tiempo, el
significado de razzia se extendió a otras acciones que desde el poder, en general desde
el Estado, se realiza sobre población civil como los allanamientos y redadas de la policía sobre, por ejemplo, comunidades mapuche. Operaciones violentas realizadas por grupos paramilitares en el sudeste mexicano, o las incursiones del Ejército en las favelas brasileñas o el aniquilamiento de comunidades mayas completas por los ultraderechistas escuadrones de la muerte en Guatemala. La guerra sucia de las dictaduras militares en América Latina que campearon desde fines de los 60s hasta 1990 dejó una secuela de ejecuciones, torturas, exilio y desaparición forzada de personas que la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenid@s- Desaparecid@s cifra en 200 mil ciudadanos y ciudadanas. Sin considerar, para mayor decepción, las cifras de desapariciones denunciados por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en el México de estos días, en donde se triplicó esta práctica; en lo que va del gobierno de Felipe Calderón las cifras ascendieron a más de 40.000 personas y otras 50 mil, en la Colombia de su ex-presidente Álvaro Uribe.


La genealogía de la razzia tiene una vertiente de origen árabe, en la guerra santa, la Ghazha. Da cuenta del mismo proceso que conocieron los españoles desde el año 711 y que luego practicaron en América, su herencia fue la espada de dios en contra de quienes no profesaran su religión. Aún hoy ocurre la misma intolerancia por otras vías. La espada de dios se alza ahora para amenazar a quienes profesan creencias distintas. Ghaza es también la batalla santa, empujada por la divinidad, en contra cualquier infiel que se resista a abandonar toda práctica que la religión haya pontificado como enfermedad o desviación. De esto saben los nuevos perseguidos aquellos de las banderas multicolores de la diversidad sexual.

Los pueblos indígenas, originarios y estatales, sus causas y sus posibilidades de mejoramiento, buscan el reconocimiento social de esta intolerancia; una solidaridad que nos haga tomar conciencia de la coincidencia de fines y reasiente las bases para impedir nuevas incursiones, nuevas injusticias. Que la historia y su memoria ardiente nos sirva para interpretar las noticias cada mañana. Para no olvidar las causas antiguas y las actuales, que se hacen luminosas en el Día de la Razzia contra América.

Fernando Quilaleo A.
periodista
10 octubre 2011, 22.12 hrs.

No hay comentarios:

Publicar un comentario