lunes, 23 de mayo de 2011

Un Nuevo Modelo de Vida: El desafío del Vivir Bien indígena (parte 2)

Un Nuevo Modelo de Vida: El desafío del  Vivir Bien indígena
(parte 2)

Muchos años atrás recordé esa tarde remota en que un buen amigo me llevó a conocer el hielo. América Latina era entonces una aldea con 20 casas de barro y cañabrava construida a las orillas de un río de aguas diáfanas que se precipitaban sobre un lecho de piedras pulidas, blancas  y enormes, como huevos prehistóricos. Me comentó cómo el desarrollo era en verdad la historia de un embrollo. El embrollo de la industrialización desenfrenada, la búsqueda de la riqueza ilimitada como motor de conquistas y dominaciones. Por lo tanto, concluimos, que la ruta de la vida humana y la de nuestros pueblos es, en gran medida, un proceso de desenrrollo. El largo esfuerzo de la liberación de esas conquistas y dominaciones, de estos interminables años de soledad.

Los pueblos están enrollados, cuando no arrollados, por sus problemas y los persistentes desaciertos de sus preceptores. Los pueblos están envueltos, atados, anudados. Se trata entonces de desenrrollar, de desatar, de liberar. Ese amigo hoy es presidente de un pequeño y digno país en una brizna de planeta en medio de un haz de luz en el espacio y habla con tenacidad, junto a los pueblos originarios, del Vivir Bien Comunitario.

Ese planeta pequeño tiene unos 6.300 millones de personas en sus extensiones. 1.200 viven con menos de un usadólar diario y otros 1.500 millones lo hacen con dos usadólar por día. Otros dos mil millones viven en condiciones de pobreza relativa, cuentan con recursos suficientes para alimentarse pero no para cultivarse. En menos de 100 años hemos disminuido la biodiversidad en un 60% y los recursos disponibles en el planeta se agotan en progresión geométrica. El agua está privatizada. Mil millones de personas viven a más de un kilómetro de una fuente de agua.  Cerca de 20% de los suelos están hoy salinizados o en vías de desertificarse, e inutilizados para la agricultura. Todos estos datos expuestos por Jeffrey Sachs en su libro El Fin de la Pobreza.

La agricultura intensiva o agroindustria se basa en robar bosques nativos a la naturaleza, terminar con su variedad de especies, su capacidad para conservar aguas y suelo, su protección contra las inundaciones y la sequía. Convertir un bosque nativo en un monocultivo o plantación forestal u otros productos genera ingresos rápidos a los capitales de unos pocos. Esos negocios y esos ingresos se basan en un daño que empobrece las tierras que en el pasado fueron fértiles y las contaminan con  fertilizantes. Los derechos culturales y de la biodiversidad son transgredidos y los estados amparan el dumping étnico, al subsidiar a las grandes empresas que no deben pagar los costos de la destrucción biocultural. El Planeta se afiebra. La Tierra se enferma.

La  alternativa al consumo desenfrenado no pareciera encontrarse en las lógicas de desarrollo, independiente cual sea su apellido. La iniciativa  actual de los pueblos originarios de América es la propuesta de Vivir Bien Comunitario. El núcleo duro y centro motor de esta propuesta de los pueblos es considerar a la Tierra como un organismo vivo criterio central establecido en la Cumbre de la Tierra de Cochabamba, Bolivia 2009.

La Tierra, no es sólo un organismo vivo, es la madre de todos los seres materiales e inmateriales. Como Madre Viva tiene derechos consustanciales e inalienables. Varios de esos derechos que están presentes en las largas jornadas de lucha de los pueblos originarios y sus aliados en el continente se pueden encontrar reseñados en el Proyecto de Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra (DMT, ver más en: cmpcc.org).

La propuesta de un nuevo Modelo de Vida crece con la firme convicción que todos somos parte de la Madre Tierra, una comunidad vital indivisible de seres interdependientes e interrelacionados. Sus consideraciones políticas, económicas y culturales no nacen sino de una opción por la vida.

La propuesta apunta a quitarse de encima las gafas del desarrollismo y su falsa conciencia, y buscar/llevar una vida ligera pero significativa. Ir más liviano, con menos dinero, pero más espacio y más libertad. Proteger la Tierra para proteger la vida y castigar el derroche y el abuso. Vaya mirada de futuro que mira al pasado, y que encuentra en él una alternativa ya no sólo para una comunidad sino para todas las comunidades humanas y naturales.

La declaración de los DMT es la matriz de una propuesta de dilatado debate de la economía política indígena en contra del Modelo del Capital. La  globalización de este modelo económico que impulsa la progresiva explotación y apropiación  humana masiva de la naturaleza y sus recursos de tierra, agua y aire.  Muy bien lo sintetizó el Presidente Evo Morales al presentar sus propuestas para salvar al planeta “Los grandes efectos de los cambios climáticos no son producto de los seres humanos en general, sino del sistema capitalista vigente, inhumano, con desarrollo industrial ilimitado, por eso siento que es importante acabar con la explotación a los seres humanos y acabar con el saqueo de los recursos naturales".

Su gobierno ha precisado que “Como una voz de esperanza de un porvenir más equilibrado, irrumpe la Cultura de la Vida que encarnan nuestros pueblos, como lo han demostrado a través de la historia. Nuestras comunidades están impulsando otra forma de vida, la construcción de otra América, de otra Abya Yala, de otro mundo. Este otro mundo es propuesto desde un cambio de modelo de vida.

Ese nuevo Modelo de Vida va de la mano de las propuestas del Vivir Bien Comunitario que busca f
ortalecer las culturas locales para promover una sociedad humana y en encadenamiento con la naturaleza. Se incorporan principios como la relacionalidad, la complementariedad, la dualidad y la reciprocidad. Para garantizar el Buen Vivir, hay que incorporar a la actividad humana las prácticas colectivas de complementariedad y reciprocidad pero también las sociedades y naciones ricas deben bajar sus niveles de consumo.

El Vivir Bien Comunitario más que ofrecer soluciones mágicas e instantáneas se plantea dudas compartidas en torno a la forma de generar una economía política propia orientada a la comunidad y no una economía contra la gente, resituar así la relación de la política con la economía y reconciliar las estrategias económicas con las lógicas y éticas culturales.



Fernando Quilaleo A.
Periodista
Mayo 5 de 2011
21.15 hrs.

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